Nuestra Iglesia posee una astilla de hueso del Hermano Gregorio denominada Reliquia, ubicada en el altar mayor del templo.
¿Qué es una reliquia?
La palabra reliquia viene de restos; la reliquia de los Santos son los restos del cuerpo o de una vestimenta de quien fuera un “Santo”, es decir, alguien que vivió en serio en Mensaje Evangélico y se jugó la vida de manera heroica, por el Señor.
La veneración a las reliquias comenzó a darse muy fuertemente con el culto de los mártires, durante el periodo de las persecuciones, en las catacumbas.
Las catacumbas eran cementerios donde eran enterrados los cristianos. En ese lugar se sentían más protegidos para celebrar la Eucaristía y también allí guardaban celosamente para la veneración de los fieles las reliquias de aquellos que habían sido martirizados.
Esta veneración de los restos se fue ampliando en la Iglesia a todos los que de una manera u otra se les consideró “santos”.
Las reliquias pueden ser de tres grados:
- 1er grado: un fragmento del cuerpo.
- 2do grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario, Biblia, cruz, etc.). También objetos asociados con el sufrimiento de un mártir.
- 3er grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo.
Dios puede concedernos milagros por intercesión de los santos, pero más importante es acercarnos a los santos para inspirarnos en sus vidas e imitarlos con el deseo de también nosotros vivir en santidad y llegar al cielo.